domingo, 10 de abril de 2011

INTERLUDIO EN LA VIDA DE UN ARTISTA







TE HE VISTO PASAR COMO LO HACES SIEMPRE...

Te he visto pasar como lo haces siempre
huyendo de ti, cubriendo tu rostro
con ese velo gastado conque cubres
tu pasado para recomenzar de nuevo.

Huellas en la húmeda arena
 son tus risas y tus penas
que el mar se lleva.

Cuajados de rocío están tus ojos
de tanto verse en el cristal
de un mundo donde sólo
sombras te rodean, donde la
noche te atrapa y te envuelve
en una fugitiva pátina de
charlas de jaral, de una solitaria
soledad que aterra.



RAMA DE OLIVO

Para Luz y Darma Valdivia.
IN MEMORIAN.


Una rama de olivo, duerme, aún
en esta mano envejecida.
Una rama, fugitiva, que en
lozana primavera aviva dura llama.


Rama que en el pecho sangra
privada de dulzura, de consuelo;
presa está de los anhelos,
inmóvil, fría, pálida.


Rama que desdeña ser leña
de ese fuego donde el tiempo anida,
rama que pervive en la memoria
hundiendo su recuerdo en cristalina linfa.




SOMBRAS ENLAZADAS

In solitude, when we are least
alone.
BYRON
“Childe Harold”


I
No me asusta la soledad
con su quietud y su silencio.
Una hormiga en su sordina
en la calidez de su hormiguero
soy en mi refugio.


Me alegra hasta las lágrimas;
librado soy por ella de las
sombras en las calles desiertas.


Tras ella voy como rio que corre.
como polluelo que hurga en el pico
de la madre su alimento, de ella
me sustento en los tempestuosos
cuando huyo de mi sombra para
que nada ni nadie escuche mis lamentos.


Yo necesito del campillo, del pradal,
del vuelo de las aves que no dejan rastros,
del susurrante follaje, de la hojarasca
que corre del enamorado viento,
del cielo estrellado de los gravosos veranos
cuando herido de amoroso fuego
arrojo al cielo mi tristeza.


II
Siento en mi corazón un botón que florece
un trino que canta,
un campo de aromas
un murmullo de hojas,
un invierno de alegría infinita
que me devuelve a la mañana.




ASOMBRO DE LUNA

I
Cautivo está de ti, mi corazón.
(en vano lucha por salir
aquel que se solaza en su prisión)


Lo asombra la luna
a través de tus ojos
y el mar que cimbrea
de espuma y de sal.


Se sueña en espejo...
reflejo de nieve,
cristal que hiela,
sangre que aviva,
ola que viene,
nube que va.


II
Grabado en corteza
están dos nombres;
travesura pueril
en que la mano se solaza
en tanto zumba y vuela
en la floresta colorida
una abeja vagarosa.


III
¿Dime, amor, qué dicen
las estrellas? ¿Qué susurran
de noche, en su paz y su luz?


¿Dime, amor, qué canta
el grillo que grilla,
la cigarra que suspira,
la estopa que arde,
la leña que crepita,
tu rostro que sonríe
al sueño que se entibia
en tu regazo?




LENTOS SON LOS PASOS QUE ME SIGUEN

Para Mamá


Negra es la espera.
Negra es la esperanza,
negra también la
esperanza que se agota.

Negra es la tristeza;
negro es el fuego
en que mi madre se calcina
sin tiempo y sin memoria.

Negras están las flores
que velan la madera
en que se llora,
y también el ánimo
de los que aman
y solas se quedan.

Negra está la vestimenta
de aquel que camina
y ennegrece la sombra
en que mi alma se cobija.

Negra está mi vida
ahora que Milagros se aleja,
y mi paso es más lento
en mis horas más negras.

Negra está la senda
que me queda por andar,
las horas que corren,
el triste despertar
de una ilusión que
regresa en una barca
que viene y va
en las negras brumas
de esta noche.




SUEÑO QUE LLEGA, AUNQUE LA MUERTE SEA

1

Y al ánimo caído
en miserable grado,
acude presuroso el sueño
Y lo mejora, lo aviva;
lo saca a veces
de su terrible estado.

2

Sumido tantas veces
en realidad engañosa,
amamos, reímos, sentimos
ser las aguas de un río
que recorre prados,
fertiliza valles,
persigue nubes en célico romance.
Y luego la modorra se sacude
y la razón se va de bruces
y vemos que las flores no florecen
en ese mundo de ficciones,
de nubes, de somnolencias innombrables.


3

El despierto pensamiento
en adormido sueño
navega en mares placenteros,
flirtea con la luna.
El tiempo inexorable
lo regresa de esa muerte
pasajera, desandando ese camino
de nubes donde huelgan
las huellas y las voces sin ecos.

4

Ese loco tramontar
de nube en nube;
ese ver de ojos cerrados
donde tanta niebla
en la mar de un sueño
se disipa.

5

La sombra de un ahogado
que en la noche yace
sobre el lecho posado
cual un hombre que sueña.
¿Será un muerto que regresa
de ese diario divagar
donde no sé en que parajes
se nos va enseñando a morir?

6

Muy suavemente, Amor, habla conmigo,
y con bondad suprema, enternece el sentimiento,
dejando  atrás aquel tormento
que el amor, en realidad o sueño,
desgarra al corazón de su sustento.

7

Tú me enseñaste, Amor,
que el olvido no crece con la ausencia,
que el firme y verdadero enamorado
aviva la memoria, revive el sueño
en que el amor se anida y posa.

8

Aun los malos sueños encierran
una bondad que merece ser
reconocida; son tan malos
que la memoria no quiere
recibirlos.

9

¡Oh! Sueños.
¿Qué fuerzas los dirige? ¿Qué espíritu
encamina del sueño sus imágenes?
¿Quién sopla dentro de ellos
con ímpetu sonoro?
Detrás de esas ficciones
que bogan en redor,
escucho los gorjeos
de un viejo ruiseñor.

10

No sé si sueño en tus brazos
o el estar en tus brazos
lo que me hace soñar.

No sé si sueño en tus besos
o es el sentir de tu besos
lo que me hace soñar.

Entre abrazos y besos
paso la noche soñando,
llega el alba y tú, al lado mío,
entre mis brazos y besos vas despertando.

11

Soñando estaba que soñaba;
cansado el sueño en el celeste cielo,
privado de tu voz y de tu abrigo
la luna de los tristes fue consuelo.

Pasó la noche y las soñadas alegrías
brotaron de una fuente suspirando;
ya la tristeza de tu ausencia
en manantial sonoro,
se ha marchado para siempre
entre la albina aurora y la rosada frente.




LOS AÑOS

Piedra en la alforja
los años que arrastramos.
Grisáceo el tiempo
en que la euforia y la
belleza van perdiendo
su candor, la franca
alegría, la vida huracanada
en desamor.

Tras los ecos de la vida
trepidante, del ímpetu
sonoro, de los pasos
vagabundos por las viejas
 aceras, un silencio dibuja
 la sombra de la vida
en nuestros rostro.




CURIOSIDADES

El gato inventó la curiosidad,
y viéndolo a él,
aprendió el Sapo.

-         Me han quitado el honor
y privado de mi talento;
él debió llamarse gato
y yo sapo, maulló el gato
señalando al sapo.




INVIERNO


Invierno, frío;

solitario, en tu viento nubífero,

el amor se torna ardor

en mi ardiente corazón.


En la tarde glacial

en que camino

bajo las ramas yertas

de los pinos,

asomas, solitario y triste,

soñando siempre

con las flores que no viste,

con el trino de los

pájaros dormidos,

con las ondulantes Vegas

que verdeó el otoño.


Invierno,

tú no sentirás

volar en torno tuyo,

ni zumbido alguno

perturbará la paz serena

de tu paso tranquilo.


Solitario, amigo...

¿Conoces de fragancias,

de niños que gorjean,

de grillos que estridulan

o cigarras cantarinas?


En el viento que silba,

monótono y constante,

yo te doy mi soledad,

mi amistad fraterna,

la hermandad con que

se enlaza

el lobo y el asceta.


Solo tú, invierno mío.

Solo tú, solo tú.


 ESO ES TODO
En el último suspiro
de la tarde juntamos
nuestros labios y lloramos;
los caminos ya eran otros,
el tuyo con sus árboles
el mío y sus desiertos
y el amor sólo es un cuadro
con tres niños que se miran
en silencio.


 ESPERA
Deja las penas de hoy,
espera y sueña. Si es alegría
mañana reirás, y tus ojos
también sonreirán,
aunque la aurora se ilumine
en nuevas penas por venir.


                     AQUEL AMOR...
Aquel amor
tenía
un pañuelo negro
y una rosa roja.

Yo soñaba en sus cabellos
plateados como la luna,

finos como la aurora,
aquellas de estrellas de oro
bañadas en tenues sombras.

Aquel amor
tenía empañada el alama
de melancolía





NADA PODRÁ DECIRME QUE TE OLVIDE,...


Nada podrá decirme que te olvide,
ni las gotas de la lluvia
ni el agua que orilla mi sombra
para ahogarla.


Nada podrá decirme que te olvide,
ni la música de Bach
ni los nocturnos de Chopin
donde tantas veces se han
mojado mis años,
ni las piedras que he juntado
con la esperanza de lapidar
al olvido,
ni las ojeras de mis ojos
azuladas por el mar tempestuoso
que cae como atalayas sobre el ánimo.


Nada podrá hacer que olvide tus palabras,
tus gestos, tus risas, tus lágrimas,
ni todo aquello que como una tumba
sin tierra yace a la espera del olvido.


Nada podrá decirme que te olvide,
ni el aroma de las hojas muertas,
ni las flores marchitas,
ni las ramas secas del árbol
en que labraste nuestros nombres
con la piel gastada de tus manos.


Nada podrá decirme que te olvide
ahora que he aprendido a sentir
la alegría de la muerte,
a decirle a las paredes
que tu ausencia es tan solo
un malhumor de enamorados.

Nada podrá decirme que te olvide,
ahora que he soñado con tu
nombre nuevamente,
ahora que tu cuerpo yace bajo
tierra y que la lluvia de
otros tiempos sigue cayendo
como caía la esperanza de
ese amor que no conocía
de olvidos ni ventanas.






RETALES


Para Patricia Zegarra Velit                    




i

Picaflor enamorado
rosa sonrojada
un cálido beso silencioso
en el pico que se posa
en sus pétalos rosados.



ii

Con la casa a cuestas
se desliza, sigiloso, babeante,
con paciencia, sin premura,
lento caminante.



iii

El pequeño escarabajo
arrea su bola de tierra
otros, lo miran, viejos,
achacosos, nostálgicos
por el paso de la vida
y resignados en la
estación de la muerte.



iv

Nadaba firme, entusiasta,
entre el agua clara de la tarde.
Vio la lombriz que se agitaba
y la cogió con alegría.
Un tirón, el acero curvado
atravesando el paladar,
luego, todo oscuridad,
todo silencio.



v

Mi infancia duerme
en la memoria
de mis muertos.



vi

Me he enamorado de la lluvia,
del sol, del mar, de la noche,
de las flores, de los pájaros,
de todo aquello que no daña.



vii

Pobres, las calles de mi niñez,
llenas de luces y de ruidos,
envejeciendo de modernidad.



viii

Cubres con un beso la mentira.
Dices amor en la oscuridad
para que no vea tu rostro
ni lea tus gestos.
Fieles amantes
los besos y las noches.



xi

Miro atrás
y me veo sonreír,
veo la casa donde nací,
veo el nisperal, veo a mi madre
jugando con mis manos,
veo el cielo, azul como el  mar,
veo la ternura con los ojos de niño
que juega, sueña y ríe.
Miro el ahora
y se ennegrece mi alma



x

A veces caigo
por un precipicio gris
y mi carne, hecha girones,
se queda entre piedras
y guijarros.
Cuando me levanto
subo la cuesta
recogiendo mis despojos.



xi

Cuando te recuerdo
hay una llave que abre
una puerta
y las palabras brotan
en reproches, riñas.
Sólo tú haces de la nostalgia
un dolor de cabeza,
un cúmulo de angustias,
un lugar donde brilla
el fuego del infierno.



xii

El alba canta
como un ruiseñor,
el alba.


La tarde bosteza
como un gato remolón,
la tarde.


La noche duerme,
plácida, soñadora,
la noche.



xiii

rememoro mi infancia
para librarme de las
inmundicias que traen
los nuevos tiempos.



xiv

¿Debo hacerme
una máscara
cuando tenga
que hablar con
los hombres?



xv

Basta echar una mirada
a nuestro jardín,
para ver como el tiempo
se desliza como un suave
arroyo que cruza nuestra vida.



xvi

Somos una especie
de raras metamorfosis
traición,                    egoísmo,
  envidia,               insidia,
    odio,
interminables espiras
que nos envuelven.



xvii

La rosa aterrada
mira sus pétalos caer,
Tú cual una rosa de piel
esperas tu vejez
aterrada en tu juventud.



xviii

La muerte ha relegado
mi sombra,
la ha privado de sol,
de luna,
de estrellas.


Lastimado, camino
sin rumbo, tentado
por lejanas luces
en busca de mi sombra.



xix

Los peces nadan en mis ojos.
Pequeñas aletas de colores;
la libertad de un mar dulce
privado de ojos cazadores,
de sol, de fuego, de lluvia,
de los hombres.


Quisiera caminar en los ojos
de los peces interminablemente solo
como en un acuario.






ESTACIONES

Aquí el invierno helado
y la garúa tenue;
el verano con su ardor;
el otoño que deshoja
y la hojarasca;
la colorida primavera
en alígero color de mariposa.




ÚLTIMO DESEO
Si este fuera el último día
de mi vida…

- Una vez más, Chopin, por favor;
una foto de mi madre, la
de la mirada detenida en
la eternidad de Dios;
uno de los libros
que hacen cola entre mis
libros por leer; un poema
de Vallejo donde la luz se
adelgace hasta hacerse
imperceptible, un cigarro
para esperar a la Muerte
en una esquina de
mi vida.





VOZ EN LA PIEDRA

A Carlos Alegre Ramos.


Siempre el rumor de las olas
que llega a la arena, blanqueada
en caracoles trizados de siglos.
Que no es tu voz ese rumor
que llega oscureciendo,
lo sabe bien el eco que no es cuerpo
sino altas tapias de agua;
ese repetir eterno donde
las palabras se diluyen
como espuma en tiempo congelado.
Solo el agua sedienta de agua,
abraza temerosa la honda estrella
de prisión marina;
solo el agua en su memoria de agua,
en su sufrir de agua
y en su llorar de agua;
solo el agua en su morada
hecha de piedra y mar,
donde la piedra y su recuerdo
aúllan tu nombre hasta el honor.
Solo un lánguido
gemido hecho de agua,
muere entre el agua impenetrable

inundada por el agua.






AMOR CON CONDICIONES
Haré lo posible por amarte,
aunque sé que para un corazón
despojado de bondad,
eso es imposible.

Podré amarte, solamente,
si traes a Dios
que me privó del aire
bajo el agua,
que despojó a las flores
del color que tanto amaba,
que hizo humo de los números
de dados que rodaban.

Que venga a ver el vidrio
de mi alma,
transparente y sola
como una seca sepultura.




NADA
Ya en la casa, nada.
En el umbral, nada,
y nada también en el teléfono.
En tu alcoba, nada,
en tu silencio, nada…
de las risas y los juegos, nada,
ni el ladrido de los perros
que anunciaban la mañana, nada.

Solo el tiempo que envejece
las paredes que inexplicablemente
abren y cierran puertas
donde yace nada.

Qué tristeza el mundo
en que nada habita.






    LIBRE

Poder decir lo que se siente…
Horacio

Ya no seré lluvia
sobre tu recuerdo/
ni sueño entre tus besos/
ni luz en tu palabra.

Ya no eres mi tiempo/
ni tu tiempo mi memoria/
ni mi memoria tu aliento.

No más contrición en mis manos/
ni cielo/ni tu voz en celo
entre silencios.

Ya no hay eco entre mis pasos/
ni huellas que te sigan/
ni ojos que te vean
entre abismos y tinieblas.

Libre de tu voz/ de tu luz/
de tu fuego/ va mi vida
prisionera de mí mismo.





POR TANTO DECIR TE AMO...
Por tanto decir te amo
enmudecí mi voz.

Por tanto llorar por ti
sequé mi cuerpo bajo el sol.

Por tanto mirar tu rostro
cegué mis ojos a la luz.

Por tanto amarte
perdí mi corazón.

Ahora soy ceniza
sobre el mar;
¿sabrás que el cuerpo
que he dejado está en tu corazón?


g