sábado, 5 de enero de 2013

SOMBRAS BAJO LOS ÁLAMOS

1era Edición



2da Edición






AUSENCIA

Para Susana Icaza


Si vieras como duele, Susana, tu tristeza,

gorrión aprisionado por una mano dura,

plumaje colorido que pierde su belleza

carente de cariño, ausente de ternura.


En un pañuelo rosa, dejaste tu perfume,

las ansias de tus manos, un beso de tu boca,

fragancia que en tu amor el tiempo se consume

en una soledad como una fuerte roca.


Y ahora que tú llanto se pierde en la distancia

recojo los despojos de un vino que no escancia

en una vieja copa que muere en un hotel.


Oh, triste pajarillo, no quieres canturrear,

parece que tu voz se ha cansado de cantar

 sobre este añejo vino que yace en el mantel.




QUE LOS HECHOS DEL CORAZÓN...

Que los hechos del corazón
venidos e inesperados
tan vividos, tan sufridos
como llorados.



ANOCHE TUS MANOS...

Anoche tus manos/
mariposas fugitivas/
mi cuerpo con su  vuelo
desnudaron.


Mi boca/ una flor entre
tus dedos/ nuez de ballesta
piel de durazno
o lirio blanco.

Mi rostro se sonroja
entre tus manos/ hojuelas
de maicena o polvo blanco
que se hornea en su destello
de placer/ que amarar logra
en  mi cuerpo.


El don de la elección
busca su puerto
entre tus ojos/
cuando en la piel me dice
de ellos sus amores/
o cuando baña con tu llanto
sus secretos.



CANTO A LOS SENTIDOS

Yo crecí en la magia
de tus ojos/ y en
ellos me forjé
una gran ilusión.


Yo bebí de la fuente
de tu boca/ y mi
cuerpo se nutrió
del amor que allí
emergía.


Yo sembré en mi corazón 
tres rosales con tus manos
y mi sangre/ y en ellos

recogí el aroma de
tus besos/ con mis
manos y tu sangre.


Yo sentí tu lengua
entre mis labios/ y
me postre ante Dios
con la promesa
de adorarte.


Yo escuche tu voz
en el vientre de tu
madre/ y espere
paciente tu llegada.


Hoy, mudo, sordo
y ciego/ muerto a
lo dulce y a lo amargo/
mi corazón trata de
librar a mi alma
de un encierro.




SOMBRAS BAJO LOS ÁLAMOS


All pains the immortal spirit must endure,

all weakness which impairs, all grief´s which bow,

find their sole speech in that victorious brow.

“SHAKESPEARE”

Matthew Arnold



Cuanto más dure el alba

y reverberen las orillas de tus labios;

y tu boca sumisa de fuego

se entregue a las caricias de otros dedos...


Allí estaremos esperando la llegada de la tarde


Cuanto más florezcan los espinos,

y la hierba siempre verde

pierda su humedad y

disipe nuestras sombras...


Allí estaremos bajo el sol del mediodía


Cuanto más dulce y placentera

la nube soñadora que se lleva tu mirada

 a mi boca sedienta de tu aliento

resista su partida...


Allí estaremos en el horizonte gualda

cuando de tiempo en tiempo

se esfume una esperanza.


¿Por qué ha de llegar siempre

la noche que nos turba;

filo curvo que nos priva del fuego

de estos cuerpos cubiertos de rocío?


Cuando haya sombra entre los álamos,

alba o mediodía, gualda o noche fría...


Allí estaremos siempre:

yo, hundido entre los brazos de la muerte;

 tú, perdida entre la triste soledad

de tus mentiras.




TU AMOR ES EL TRIGO QUE ALIMENTA


Para Cindy Verde

Yo me alimento del trigo

 de tu boca/ y bebo cada

noche en la fuente de

tus muslos encendidos.


Cuando mis manos recogen

las mieses de tu vientre

tan pródigo  de fuego/

se disipa la penumbra.


de tu rostro sorprendido

en leves juegos lúdicos/

y tú aliento de gacela

en fuga escapa de tu


boca bañada en calicanto/

es tu voz/ viento que surca

los espacios como rio

que alimenta bosques de

eucaliptos/ ahuyentando a las

pardelas malhadadas que se

orillan en mis celos. / Espinas

son las que se hunden en


las yemas de tus manos seductoras/

interminables en caricias verbales

hacia el pan que aroma el

fuego de tu boca/ como cada


noche o cada día en que mi

cuerpo rendido se inclina

 al lado tuyo

a esperar

su recompensa.




MARZO

Asomo, curiosa, y bella, entre

las calles nuevas y las otras...


¿De dónde venía? Mi corazón

la esperaba. Una canción

de amor calmo mi ardor,

un tambor de niño, albo y santo

como el amanecer.


Estaba libre. Al fin y al cabo

yo era un pájaro más de

aquellos que revolotean, paso

a paso entre la tierra y la hierba, como

en los cuentos de hadas, cantando,

volando libre como una piedra

que sube sabiendo que va a caer.




 LLAMA ETERNA QUE DE AMOR SE QUEMA

Me persigue el recuerdo, estoy triste.
¿Eres tú que vuelves como siempre

en labios, dulce, sonriente?


Tu recuerdo, el que persiste,

el que no olvida lo vivido...

lo que se ama es lo sufrido.


Y el alma, la que sufre, resiste

los embates que en la mente, queda,

llama eterna que de amor se quema.


             LAGO

Tus aguas, sumisas, sujetas

a los brazos de una voluntad

invisible, deleitan mis sentidos.


Duermes, placido, sin un rumor

que al espíritu perturbe. Mis

manos acarician el velo


que cubre, como una fina piel,

tu superficie azul de primavera.


Las horas pasan como el viento,

y todo es cielo, y todo es nube,

en la noche de luna o en la aurora primera.


Tus aguas, reposadas, quietas

como una roca endurecida,

velan la siesta de la tarde

en donde el alma reposa en su guarida.





RECUERDOS Y TRISTEZAS


Ayer volví, y aún estaba ahí la casa

de mi infancia; el nisperal de antaño

que renace en la memoria entre oscura

sombra.


A la tierra ha vuelto, el viejo amigo,

a ver el cielo en el que tantas veces

se mirara cual Narciso entristecido.


Cerré los ojos y me vino su recuerdo,

estaba triste, mudo, pálido,

con sus gajos resecos y sus hojas grises;

su tronco carcomido de fatigas y de penas

fulminaba su alma, como un cansado río

despidiendo a un viejo amigo.


También las voces de otros tiempos

se han marchado como suelen irse

todos de este mundo, sin prisa,

sin lamento, en un quejido mudo

de silencio.


El corazón se oprime en pensamiento

muerto, y el espíritu  encalado que

reina por las calles se llena con

las voces de mi madre; recuerdo

bienamado el de sus ojos garzos

constriñe mi solo pensamiento.


Busco una piedra de esperanza,

una rama, un árbol, un rostro

a quien confiarle mi tristeza

ennegrecida entre cenizas.


El todo se ha borrado con el tiempo:

los colores y las flores, el canto de

los pájaros, las voces de la gente

que me amaron.


Ya anochece en tiempo muerto el

nisperal de antaño y su tumba de cemento,

el silencio de aquellos que se fueron,

la casa gris en que nací...

ya debo regresar a rumiar mi vieja pena.





NOCHE DE SAN JUAN
Junto al arenal
postrada yace el alma
en otros tiempos.
¡ah!, la niñez florida
en que pace el espíritu
honda calma.

La brizna polvorienta
da en el rostro,
el pueril encanto de las flores;
las nubes lentas de la tarde
caen como cuentas de rosario,
sobre las voces perdidas
que al oído susurraron
alegrías y lamentos.

Quedo el corazón por la emoción
vivida, mira en lejanía
un tierno amor que ya se ha ido.
Regresa el tiempo a perturbar
su sueño; a renacer el árbol
se su ensueño. Hora de partir,
anuncia un cuervo inquieto,
dejar atrás los tiernos pensamientos,
la paz sincera de este alejamiento
donde el pasado yace
en flor de muerto.



LUZ, MADRE, LEJANÍA
¿Dónde la luz, Madre querida?
¿Dónde tus manos, tu lejana voz
que susurró en mi oído dulces cantos?

Ya te has ido, Mujer, con tus dolores
y tus penas, con tus oscuros insomnios
de crueles fantasmas.

Te busco, Madre, entre la santidad
de tus santos, en tus dulces oraciones,
en las noches de tus lágrimas heridas,
en el blanco de tus pechos palpitantes 
manando eternidades.

Otra vez, como otras veces,
la noche se ensombrece en pensamiento;
        ya no temo, Madre, ya no temo.





AÚN SIGUES SIENDO TÚ
Aún sigues siendo tú la gresca matutina,
la noche que detiene la luz de la mañana,
la tela que enmaraña el aire y lo
atrapa a través del día y la esperanza
de vivir en armonía.

Aún eres tú, sin estarlo, el hacer penas,
el hacer desdichas, el hacer frío sin invierno,
el hacer yedra sin pared que te detenga,
 el hacer gritos torturando el
silencio que es mi aire y mi lamento.

Aún tú en el fantasma
que atrapa mi sueño porque no te basta
la mañana de vigilia, la tarde de
sol, ni la noche silenciosa con estrellas.

Aún sigues siendo el Dios que castiga,
el duende que asusta, el diablo que
tienta, el ángel de la guarda disfrazado
de ternura y promesas sin cumplir.

Aún tú, siempre, como un cadáver
insepulto que guarda la memoria. 




SOY UNA PIEDRA EN TU CAMINO

Soy una piedra en tu camino,
la lluvia que rebota
en la acera desgastadas
del invierno;
el sobre que amarilla
en la gaveta,
el canto de un gallo
prisionero en las paginas
de un libro.


Soy el pez que huye
corriente arriba,
un grano de trigo
que el gorgojo roe mañanero;
la harina de la noria,
el rouge que en tu boca
se magenta en un atardecer
de fuego y de belleza.


Soy el frescor de tu aliento
que arriba en nubarrones,
tu cuerpo que se estira
al despertar, el agua
cristalina del arroyo
que humedece la tierra
en que durmieron
tus padres y los míos
soy el trineo en que tu ser
retumba como una vieja campana;
el rayo que despedazó
la luna con rencor.





ESA IMAGEN QUE VUELVE

Luz, milagro, rosa,
bajo el aire tibio
de una tarde gris
se ha ido silbando.


¡Que blancura que toma
la luz serena,
prendida de la tarde
en que los trinos aman
cuando el sol se asoma!


Luz, ya partida,
milagro que queda,
rosa que se muere
al fin de la vida.


Luz, milagro, rosa,
huracán de arena
que al corazón tu rozas,
abrasando en años
recuerdo y pena.




MEMORARE

El recuerdo, la niñez, la nostalgia,
el amor, mi madre, los libros,
la música, la soledad, los hijos…
todo se agolpa en mareas de vida
que asoman ligeras, turbias,
prendidas de lunas y de estrellas.


Vosotros que habéis tenido
lo que yo he perdido,
decidme si la alondra
os trae la paz
y en su trinar os dice:
Me ha tomado un ángel
con dulzura,
por su amor vuelo de noche,
por su amor duermo de día.




    EL OTRO
Si los otros supieran
que siempre soñamos lo mismo,
que dormimos en el mismo lugar,
sobre el mismo lecho.

Si los otros supieran
que bebemos hasta embriagarnos,
que contamos las mismas historias
que nos hacen reír como un hombre
duplicado en un espejo,
sin testigos, como palmeras
en una isla desierta,
como jorobas caldeadas
en la misma mirada somnolienta.

Si los otros supieran
que besamos los mismos labios,
que en la misma barca
pescamos viejos amores, las blancas
perlas de los mismos arrecifes
con sus estrellas de noche
y sus piedras doradas.



ROMANCE EN PRIMAVERA
¡Qué paradoja de quietud
ante la flor
que abre sus ventanas
al primer amor,
colibrí!

¡Qué sensación de permanencia
en un instante del tiempo
ante la flor,
ensimismada y enamorada,
colibrí!

Saciado está tu pico
pájaro galante; yace la flor
sumisa, entregada a tu cortejo,
colibrí

Partirás como un marino
en busca de otras damas;
ella quedará, descastada
de polen y de aromas
a la espera de aquel rumor de alas,
colibrí.




LUZ VIVA

A Luz Valdivia Fernández Maldonado
IN MEMORIAN


¿Será que el tiempo es un río
que corre, en cuyas aguas
los recuerdos pasan
como pasa el agua de ese río?

Ya no llora la luna entre hojas yertas
ni las hojas vuelan hacia el infinito,
las hojas pasan como pasa el río
y el recuerdo en río pasa con las hojas.

Rezar al pie del ara en que partiste
donde tu cuerpo yace reposado,
orfandad de hostia que he tomado
al recoger en oración los besos que nos diste.

Luz de vida, amor que se eterniza
en luz dorada, luna alegre, luna en noche,
luna de los tiempos viva y reposada.

Sigues viva en mi memoria, en la brisa,
en ese juego de la mente
donde la luz que es permanente
trae en hilos de oro tu sonrisa.

Aquí te ofrezco en esta noche triste
las preces que durmieron en mi alforja,
porque tu ausencia es un río inagotable

de silencio, de dulzura, del amor que me ofreciste.





FUNDO PANDO
Siempre, sonriente,
paseaba su figura escultural
por los jardines de Pando.
La veía pasearse entre las moscas
donde el Ruso, sonriendo como
una estrella que decide ser fugaz.
También reía entre los libros,
en la zona de Arte, donde pinceles
remojados en vino trazaban las
ilusiones de los Goyas y los Van Gogh,
y jóvenes juglares recitaban a Racine
y leían a Voltaire con el mismo
entusiasmo con que ella movía
las caderas como yegua en celo.
Quienes no la sintieron reír
se conformaron con el aroma
del Chanel que brotaba de su cuello,
con el suave resuello de su boca
ante locas e interminables embestidas,
mientras sus bragas caían sobre
sus finos zapatos de charol,
llevada por el entusiasmo de dos
jóvenes que no tenían cuando
concluir su tarea semanal.





CAMINO
Mi vida es un camino
que va quedando
rezagado.

Me quedan
pocos nombres,
sombras
en las ventanas.

Los árboles
cantan
sus melodías emplumadas.

Las palabras
se confunden
en un tropel de voces.

El invierno gris
también sabe llorar.

El tiempo son los días
y los años,
el tiempo es la vejez
de pronto y sin aviso.

El tiempo es Dios
y sus mentiras.




g