AUSENCIA
Para Susana Icaza
Si vieras
como duele, Susana, tu tristeza,
gorrión
aprisionado por una mano dura,
plumaje
colorido que pierde su belleza
carente de
cariño, ausente de ternura.
En un
pañuelo rosa, dejaste tu perfume,
las ansias
de tus manos, un beso de tu boca,
fragancia
que en tu amor el tiempo se consume
en una
soledad como una fuerte roca.
Y ahora que
tú llanto se pierde en la distancia
recojo los
despojos de un vino que no escancia
en una vieja
copa que muere en un hotel.
Oh, triste
pajarillo, no quieres canturrear,
parece que
tu voz se ha cansado de cantar
sobre
este añejo vino que yace en el mantel.
QUE LOS
HECHOS DEL CORAZÓN...
Que los
hechos del corazón
venidos e
inesperados
tan vividos,
tan sufridos
como
llorados.
ANOCHE TUS MANOS...
Anoche tus
manos/
mariposas
fugitivas/
mi cuerpo con su vuelo
desnudaron.
Mi boca/ una
flor entre
tus dedos/ nuez
de ballesta
piel de durazno
o lirio blanco.
Mi rostro se
sonroja
entre tus manos/
hojuelas
de maicena o
polvo blanco
que se hornea en
su destello
de placer/ que amarar logra
en mi cuerpo.
El don de la
elección
busca su puerto
entre tus ojos/
cuando en la
piel me dice
de ellos sus
amores/
o cuando baña
con tu llanto
sus secretos.
CANTO A LOS
SENTIDOS
Yo crecí en la
magia
de tus ojos/ y
en
ellos me forjé
una gran
ilusión.
Yo bebí de la
fuente
de tu boca/ y mi
cuerpo se nutrió
del amor que
allí
emergía.
Yo sembré en mi
corazón
tres rosales con
tus manos
y mi sangre/ y
en ellos
recogí el aroma
de
tus besos/ con
mis
manos y tu
sangre.
Yo sentí tu
lengua
entre mis
labios/ y
me postre ante
Dios
con la promesa
de adorarte.
Yo escuche tu
voz
en el vientre de
tu
madre/ y espere
paciente tu
llegada.
Hoy, mudo, sordo
y ciego/ muerto
a
lo dulce y a lo
amargo/
mi corazón trata
de
librar a mi alma
de un encierro.
SOMBRAS BAJO LOS ÁLAMOS
All pains the immortal spirit must endure,
all weakness which impairs, all grief´s which bow,
find their sole speech in that victorious brow.
“SHAKESPEARE”
Matthew Arnold
Cuanto
más dure el alba
y
reverberen las orillas de tus labios;
y tu boca
sumisa de fuego
se
entregue a las caricias de otros dedos...
Allí estaremos esperando la llegada de la
tarde
Cuanto
más florezcan los espinos,
y la
hierba siempre verde
pierda su
humedad y
disipe
nuestras sombras...
Allí estaremos bajo el sol del mediodía
Cuanto
más dulce y placentera
la nube
soñadora que se lleva tu mirada
a
mi boca sedienta de tu aliento
resista
su partida...
Allí estaremos en el horizonte gualda
cuando de tiempo en tiempo
se esfume una esperanza.
¿Por qué
ha de llegar siempre
la noche
que nos turba;
filo
curvo que nos priva del fuego
de estos
cuerpos cubiertos de rocío?
Cuando
haya sombra entre los álamos,
alba o
mediodía, gualda o noche fría...
Allí estaremos siempre:
yo, hundido entre los brazos de la muerte;
tú, perdida entre la triste soledad
de tus mentiras.
TU AMOR ES
EL TRIGO QUE ALIMENTA
Para Cindy Verde
Yo me
alimento del trigo
de tu
boca/ y bebo cada
noche en la
fuente de
tus muslos
encendidos.
Cuando mis
manos recogen
las mieses
de tu vientre
tan pródigo de fuego/
se disipa la
penumbra.
de tu rostro
sorprendido
en leves
juegos lúdicos/
y tú aliento
de gacela
en fuga
escapa de tu
boca bañada
en calicanto/
es tu voz/
viento que surca
los espacios
como rio
que alimenta
bosques de
eucaliptos/
ahuyentando a las
pardelas
malhadadas que se
orillan en
mis celos. / Espinas
son las que
se hunden en
las yemas de
tus manos seductoras/
interminables
en caricias verbales
hacia el pan
que aroma el
fuego de tu
boca/ como cada
noche o cada
día en que mi
cuerpo
rendido se inclina
al
lado tuyo
a esperar
su
recompensa.
MARZO
Asomo,
curiosa, y bella, entre
las calles
nuevas y las otras...
¿De dónde
venía? Mi corazón
la esperaba.
Una canción
de amor
calmo mi ardor,
un tambor de
niño, albo y santo
como el
amanecer.
Estaba
libre. Al fin y al cabo
yo era un
pájaro más de
aquellos que
revolotean, paso
a paso entre
la tierra y la hierba, como
en los
cuentos de hadas, cantando,
volando
libre como una piedra
que sube
sabiendo que va a caer.
Me persigue el recuerdo, estoy triste.
¿Eres tú que vuelves como siempre
en labios, dulce, sonriente?
Tu recuerdo, el que persiste,
el que no olvida lo vivido...
lo que se ama es lo sufrido.
Y el alma, la que sufre, resiste
los embates que en la mente, queda,
llama eterna que de amor se quema.
LAGO
Tus aguas, sumisas, sujetas
a los brazos de una voluntad
invisible, deleitan mis sentidos.
Duermes, placido, sin un rumor
que al espíritu perturbe. Mis
manos acarician el velo
que cubre, como una fina piel,
tu superficie azul de primavera.
Las horas pasan como el viento,
y todo es cielo, y todo es nube,
en la noche de luna o en la aurora primera.
Tus aguas, reposadas, quietas
como una roca endurecida,
velan la siesta de la tarde
en donde el alma reposa en su guarida.
RECUERDOS Y TRISTEZAS
Ayer volví, y aún estaba ahí la casa
de mi infancia; el nisperal de antaño
que renace en la memoria entre oscura
sombra.
A la tierra ha vuelto, el viejo amigo,
a ver el cielo en el que tantas veces
se mirara cual Narciso entristecido.
Cerré los ojos y me vino su recuerdo,
estaba triste, mudo, pálido,
con sus gajos resecos y sus hojas grises;
su tronco carcomido de fatigas y de penas
fulminaba su alma, como un cansado río
despidiendo a un viejo amigo.
También las voces de otros tiempos
se han marchado como suelen irse
todos de este mundo, sin prisa,
sin lamento, en un quejido mudo
de silencio.
El corazón se oprime en pensamiento
muerto, y el espíritu encalado que
reina por las calles se llena con
las voces de mi madre; recuerdo
bienamado el de sus ojos garzos
constriñe mi solo pensamiento.
Busco una piedra de esperanza,
una rama, un árbol, un rostro
a quien confiarle mi tristeza
ennegrecida entre cenizas.
El todo se ha borrado con el tiempo:
los colores y las flores, el canto de
los pájaros, las voces de la gente
que me amaron.
Ya anochece en tiempo muerto el
nisperal de antaño y su tumba de cemento,
el silencio de aquellos que se fueron,
la casa gris en que nací...
ya debo regresar a rumiar mi vieja pena.
NOCHE
DE SAN JUAN
Junto
al arenal
postrada
yace el alma
en
otros tiempos.
¡ah!,
la niñez florida
en
que pace el espíritu
honda
calma.
La
brizna polvorienta
da
en el rostro,
el
pueril encanto de las flores;
las
nubes lentas de la tarde
caen
como cuentas de rosario,
sobre
las voces perdidas
que
al oído susurraron
alegrías
y lamentos.
Quedo
el corazón por la emoción
vivida,
mira en lejanía
un
tierno amor que ya se ha ido.
Regresa
el tiempo a perturbar
su
sueño; a renacer el árbol
se
su ensueño. Hora de partir,
anuncia
un cuervo inquieto,
dejar
atrás los tiernos pensamientos,
la
paz sincera de este alejamiento
donde
el pasado yace
en
flor de muerto.
LUZ,
MADRE, LEJANÍA
¿Dónde
la luz, Madre querida?
¿Dónde
tus manos, tu lejana voz
que
susurró en mi oído dulces cantos?
Ya
te has ido, Mujer, con tus dolores
y
tus penas, con tus oscuros insomnios
de
crueles fantasmas.
Te
busco, Madre, entre la santidad
de
tus santos, en tus dulces oraciones,
en
las noches de tus lágrimas heridas,
en
el blanco de tus pechos palpitantes
manando eternidades.
manando eternidades.
Otra
vez, como otras veces,
la
noche se ensombrece en pensamiento;
ya no temo, Madre, ya no temo.
AÚN SIGUES SIENDO TÚ
Aún
sigues siendo tú la gresca matutina,
la
noche que detiene la luz de la mañana,
la
tela que enmaraña el aire y lo
atrapa
a través del día y la esperanza
de
vivir en armonía.
Aún
eres tú, sin estarlo, el hacer penas,
el
hacer desdichas, el hacer frío sin invierno,
el
hacer yedra sin pared que te detenga,
el hacer gritos torturando el
silencio
que es mi aire y mi lamento.
Aún
tú en el fantasma
que
atrapa mi sueño porque no te basta
la
mañana de vigilia, la tarde de
sol,
ni la noche silenciosa con estrellas.
Aún
sigues siendo el Dios que castiga,
el
duende que asusta, el diablo que
tienta,
el ángel de la guarda disfrazado
de
ternura y promesas sin cumplir.
Aún
tú, siempre, como un cadáver
insepulto
que guarda la memoria.
SOY UNA PIEDRA EN TU CAMINO
Soy una piedra en tu camino,
la lluvia que rebota
en la acera desgastadas
del invierno;
el sobre que amarilla
en la gaveta,
el canto de un gallo
prisionero en las paginas
de un libro.
Soy el pez que huye
corriente arriba,
un grano de trigo
que el gorgojo roe mañanero;
la harina de la noria,
el rouge que en tu boca
se magenta en un atardecer
de fuego y de belleza.
Soy el frescor de tu aliento
que arriba en nubarrones,
tu cuerpo que se estira
al despertar, el agua
cristalina del arroyo
que humedece la tierra
en que durmieron
tus padres y los míos
soy el trineo en que tu ser
retumba como una vieja campana;
el rayo que despedazó
la luna con rencor.
ESA IMAGEN QUE VUELVE
Luz, milagro, rosa,
bajo el aire tibio
de una tarde gris
se ha ido silbando.
¡Que blancura que toma
la luz serena,
prendida de la tarde
en que los trinos aman
cuando el sol se asoma!
Luz, ya partida,
milagro que queda,
rosa que se muere
al fin de la vida.
Luz, milagro, rosa,
huracán de arena
que al corazón tu rozas,
abrasando en años
recuerdo y pena.
MEMORARE
El recuerdo, la niñez, la nostalgia,
el amor, mi madre, los libros,
la música, la soledad, los hijos…
todo se agolpa en mareas de vida
que asoman ligeras, turbias,
prendidas de lunas y de estrellas.
Vosotros que habéis tenido
lo que yo he perdido,
decidme si la alondra
os trae la paz
y en su trinar os dice:
Me ha tomado un ángel
con dulzura,
por su amor vuelo de noche,
por su amor duermo de día.
EL
OTRO
Si los otros supieran
que siempre soñamos lo mismo,
que dormimos en el mismo lugar,
sobre el mismo lecho.
Si los otros supieran
que bebemos hasta embriagarnos,
que contamos las mismas historias
que nos hacen reír como un hombre
duplicado en un espejo,
sin testigos, como palmeras
en una isla desierta,
como jorobas caldeadas
en la misma mirada somnolienta.
Si los otros supieran
que besamos los mismos labios,
que en la misma barca
pescamos viejos amores, las blancas
perlas de los mismos arrecifes
con sus estrellas de noche
y sus piedras doradas.
ROMANCE
EN PRIMAVERA
¡Qué paradoja de quietud
ante la flor
que abre sus ventanas
al primer amor,
colibrí!
¡Qué sensación de permanencia
en un instante del tiempo
ante la flor,
ensimismada y enamorada,
colibrí!
Saciado está tu pico
pájaro galante; yace la flor
sumisa, entregada a tu cortejo,
colibrí
Partirás como un marino
en busca de otras damas;
ella quedará, descastada
de polen y de aromas
a la espera de aquel rumor de alas,
colibrí.
LUZ
VIVA
A Luz Valdivia Fernández Maldonado
IN MEMORIAN
¿Será
que el tiempo es un río
que
corre, en cuyas aguas
los
recuerdos pasan
como
pasa el agua de ese río?
Ya
no llora la luna entre hojas yertas
ni
las hojas vuelan hacia el infinito,
las
hojas pasan como pasa el río
y
el recuerdo en río pasa con las hojas.
Rezar
al pie del ara en que partiste
donde
tu cuerpo yace reposado,
orfandad
de hostia que he tomado
al
recoger en oración los besos que nos diste.
Luz
de vida, amor que se eterniza
en
luz dorada, luna alegre, luna en noche,
luna
de los tiempos viva y reposada.
Sigues
viva en mi memoria, en la brisa,
en
ese juego de la mente
donde
la luz que es permanente
trae
en hilos de oro tu sonrisa.
Aquí
te ofrezco en esta noche triste
las
preces que durmieron en mi alforja,
porque
tu ausencia es un río inagotable
de
silencio, de dulzura, del amor que me ofreciste.
FUNDO PANDO
Siempre,
sonriente,
paseaba
su figura escultural
por
los jardines de Pando.
La
veía pasearse entre las moscas
donde
el Ruso, sonriendo como
una
estrella que decide ser fugaz.
También
reía entre los libros,
en
la zona de Arte, donde pinceles
remojados
en vino trazaban las
ilusiones
de los Goyas y los Van Gogh,
y
jóvenes juglares recitaban a Racine
y
leían a Voltaire con el mismo
entusiasmo
con que ella movía
las
caderas como yegua en celo.
Quienes
no la sintieron reír
se
conformaron con el aroma
del
Chanel que brotaba de su cuello,
con
el suave resuello de su boca
ante
locas e interminables embestidas,
mientras
sus bragas caían sobre
sus
finos zapatos de charol,
llevada
por el entusiasmo de dos
jóvenes
que no tenían cuando
concluir
su tarea semanal.
CAMINO
Mi vida es un camino
que va quedando
rezagado.
Me quedan
pocos nombres,
sombras
en las ventanas.
Los árboles
cantan
sus melodías emplumadas.
Las palabras
se confunden
en un tropel de voces.
El invierno gris
también sabe llorar.
El tiempo son los días
y los años,
el tiempo es la vejez
de pronto y sin aviso.
El tiempo es Dios
y sus mentiras.g